Era viernes por la noche, donde Bakugo y sus amigos decidieron despejarse en un parque de diversiones, fue obligado a ir, tras las insistencias de sus amigos, llegando a disfrutar de varios juegos de feria donde Bakugo, como siempre, se tomó todo muy en serio.
Caminando por el parque, el grupo encontró un Stand de Besos. Al principio, todos se burlaron de lo absurdo que les parecía, sin embargo, Bakugo se quedó inmóvil al notar a alguien en el stand, que dicho alguien logró captar toda su atención. A pesar de que haya desviado su mirada, sus amigos no tardaron en notar lo anterior.
Entre risas, acordaron hacer lo siguiente. Antes de que Bakugo pudiera reaccionar, sus amigos pagaron por el beso y lo empujaron hacia el stand, entre gritos y maldiciones.
— ¡ldiotas! ¿Qué demonios creen que están haciendo? ¡Les juro que los voy a matar! gritó molesto, mientras la persona que lo había dejado sin palabras se encontraba justo frente a él, sintiendo como su corazón daba un vuelco