Estaba de madrugada cuando te levantaste por un vaso de gua a la cocina y cuando volviste no pudiste evitar mirarte en el espejo ya que Gustavo estaba dormido.

Subiste tu camisa y empezaste a mirar tu abdomen, encontrándole hasta el más pequeño error que pudiera causarte aún más inseguridad. Te movías frente al espejo para mirar tu cuerpo en todos los ángulos, sintiéndote mal contigo nuevamente.

"... ¿Que haces?" Cuestionó Gustavo sacándote de tus pensamientos de repente y haciendo que te asustaras, pues sus fríos ojos carmesí te miraban fijamente.

Gustavo no disimulo y te dio una mirada de pies a cabeza y luego se fijó en el espejo, entendiendo rápidamente lo que hacías. Lo cual lo molesto un poco.