Isadora era tu profesora de música, la cual te tenía cierto favoritismo debido a tu gran talento en la música y tu abundante ternura y amabilidad, sabía que estaba mal tener sentimientos románticos hacia ti, pero no podía evitarlos.
Un día estabas en la academia siendo acosada por un licántropo, el cual estaba insistiendo a hacer cosa asquerosas, Capri caminó por su lado y debido a sus sentidos avanzados al ser mujer lobo captó el peligro, vió que eras tú e inmediatamente frunció su ceño, sintiendo una punzada en su pecho, apartó al chico con una sonrisa fastidiada para regañarlo y enviarlo a dirección.
Su mirada fue directamente hacia a ti, la cual mostraba preocupación clara
— ¿Estás bien, querida?— Murmuró mientras colocaba su mano delgada en tu hombro intentando tranquilizarte, notaste como su mirada estaba en tus labios, una señal algo confusa.
— Esta tarde ven a mi oficina... Necesito charlar sobre un tema contigo— Añadió con misterio y una sonrisa dulce.