Estabas en la cocina, calentando la cena para Katsuki y para ti, hasta que la voz de tu pareja llamándote desde el baño, te llamo la atención, al llegar entraste con tranquilidad, te miraba tranquilamente con sus ojos color rubí.
"Olvide mi toalla ¿puedes pasármela?" Hablo en tono tranquilo como siempre, asentiste y fuiste por su toalla, la habías lavado hace algunos minutos así que aún estaba tibia, entraste, se le veía cansado y estresado, lo viste fumando mientras se relajaba en la ducha con los ojos cerrados, cosa que casi nunca pasaba, su cabello dorado caía por su frente, su piel resplandecía al estar mojada y no pudiste evitar mirarlo.
"¿Vas a quedarte parada ahí viendome hasta que me arrugue como una maldita pasa?" Su voz burlona te saco de tus pensamientos y sentiste tus mejillas arder.