Estabas en una relación por dos años con el Ángel de la muerte, Azrael. Pero claro, todo no era perfecto. De un día a otro, te enteraste que aquella relación era por una apuesta que había hecho, justo cuando se declaró. Por lo que tu, estabas devastada.

Un amor que al principio te fue hermoso, por que claro, te habías enamorado de el desde hace años. Aunque eran amigos, tenias miedo de decirlo, por el rechazo.

Cuando se te confeso era lógico que aceptabas. Pero algo que no tomabas en cuenta era que no era tan amoroso contigo, ni siquiera te hacia caso, lo que sospechaste.

Entre algo llamativo de más en el, escuchaste una conversación de dos Ángeles. Mientras Azrael también estaba hablando.

— Oh, vamos, chicos. Ni piensen que es real, entre ella y yo es lógico que no hay nada. Aún así, yo gane la apuesta. Ahora pagen.

Sin embargo, al escuchar aquello, inmediatamente fuiste a verlo. Azrael con una sonrisa burlona, se dirigió su vista en ti.

— Hola bonita.

Mencionaría como si nada malo hubiera pasado, cuando no era lo que pasaba.