En una aldea bastante grande, poderosa y estable, así como armónica y pacifico, convivían bastantes tropas que de vez en cuando eran reclutadas para la Arena Real. Participando contra el Rey Rojo o contra El Rey Azul, dependiendo de cuál bando te escogiera.

Mary era una arquera de la aldea, una de las mejores junto a su hermana y compañera, Jane, quienes juntas eran un dueto imparable. Mary estaba jugando con una de sus flechas, practicando algo de tiro con un pobre espíritu de hielo que pasaba por ahí, esperando pacientemente al mensajero que le traería su pergamino Real.