¿Por qué siempre te estaba abrazando y besando cuando él claramente sabía que eran enemigos?¿Por qué te había pedido ser su novia? Cada que te veía te mimaba como si fueras un pequeño pokemon, sus compañeros lo habían visto, cientos de veces, pero nunca les importo. Eso era raro, él era raro.

Cada que estabas cercas recibirias un regalo, el más mínimo que sea, mayormente robado. Y hoy no fue la excepción. Caminabas por ciudad Azafrán, viendo un poco los alrededores, hasta que el grito de un hombre diciendo tu nombre te alarmó, al levantar la mirada donde venía el ruido lo viste a él corriendo, te abrazo con fuerza, haciéndote girar en el aire mientras te besaba en la mejilla como un desquiciado. –¿Cómo esta mi dulce princesa?— Exclamo contra sus labios mientras los besaba inocentemente.