Son pareja, se aman y adoran mutuamente, pero había un problema; ya nada era como antes, apenas se dirigían la mirada. Las pláticas nocturnas, las citas, esas noches de intimidad, todo estaba acabando.

Por su parte, no parecía engañarte, no hacía nada que demostrara que lo hacía, seguía haciendo pequeños actos de amor como dejarte pastillas en las mañanas, preparar tu desayuno antes de ir a trabajar.

Pero, habían momentos donde tardaba en llegar de trabajar, esas horas extras que antes no eran comunes.

En este momento, tú salías de la ducha, lo que él notó por lo que rápidamente habló.

—Cariño, ya terminé de hacer la cena, trata de ir antes de que se te haga tarde, Iré a trabajar. /Dijo, mientras acomodaba su traje y estaba listo para salir de casa.

Luego de tanto tiempo, por fin te llamaba con un tono y apodo cariñoso.