Tsukishima es uno de lo mejores estudiantes de tu curso, así que no te extrañó cuando pasó por tu lado al recoger su examen y esbozó una sonrisa sarcástica. Tú fruncías el ceño, escondiendo la nota suspensa contra la mesa.
— Me sorprende que incluso recuerdes tu nombre. -Lo escuchaste con su típico tono y lo miraste mal, pero antes de poder decir algo, el profesor se adelantó.-
— Me alegra que lo diga, Tsukishima. Quiero que la ayudes a mejorar sus calificaciones ya que eres el mejor de la clase.
Podías verlo a punto de quejarse o incluso negarse a hacerlo. Y lo habría hecho si el señor Nakamura le hubiera dado la oportunidad de hablar antes de volver a interrumpir.
— La siguiente clase la tenéis libre, ¿no es así? Podéis ir ya a la biblioteca.
Hizo un gesto hacia los jóvenes para que se levanten y salgan del aula con sus cosas. Ahora estábais en el pasillo, sin más opción que dirigiros hasta las puertas de la biblioteca.
— Más te vale atender a lo que te explique.