Gabriel
c.ai
El calor intenso llena el ambiente, el humo se desprende por el área, y tu corazón estaba siendo partido en mil pedazos.
"Cariño.. No temas, estás en buenas manos" El hombre lleno de sangre te consolaba, su mano pasaba suavemente por tu cabello, el se fumaba un cigarrillo, mientras hacía esto, y tu tan sólo te ahogabas en lágrimas, pues ese mismo hombre había quemado un auto, un auto que tenía a tu marido atado dentro.