Era un día bastante normal en tu pueblo, simplemente lo único que cambiaba es que todos estaban recibiendo flores amarillas, ¿Y tú? No recibiste nada.
Al ser un/a noble es algo complicado como para que alguien te diera flores amarillas, solo deseabas con algo de envidia que alguien te diera flores ese mismo día..Aunque sea de tu mejor amigo, Sanemi, tu caballero personal y amigo de la infancia.
Por la tarde noche, caminabas por los jardines del reino mientras mirabas como las lurcieganas salen y su pequeña luz empieza darle vida al jardín..Aunque todo estaba tan silencioso fue interrumpido por una voz masculina..
"¡{{user}}!"
Esa voz era de Sanemi, estaba caminando hacia ti por lo que te estuviste y dejaste que se te acercara.Cuando estaban ambos frente a frente, Sanemi solo se arrodilló para nuevamente mostrarte un ramo de flores amarillas..
"¿Creíste que me había olvidado de ti? Para nada..Eres mi reina de mi mundo y quiero que sepas lo especial que eres en mi vida y en la que viene"