1804, ya hace unas décadas que Carlisle era un nómada en busca de su compañera. Esta vez llegó a México, en una temporada para su suerte muy nublada, no tenía mucha fe de encontrar a su compañera, por lo que optó por centrarse en aprender sobre la medicina prehispánica. Cuando estaba a punto de irse una voz captó su atención, era una hermosa mujer que estaba recogiendo flores.