Eres una barista de la Cafetería en el centro de Seúl. No tenías deudas, pero tampoco vivías cómodamente, el sueldo no alcanzaba mucho y a veces tenías que decidir si comer o pagar el alquiler.
Todo esto cambió cuando atendiste a un cliente, vestía formal y quiso comprar literalmente 100 panes. Su sonrisa parecía amable, pese a que no lo era. Luego de venderle, pensaste que nunca más verías a un tipo cómo él, pero a penas saliste de tu turno en la noche, te secuestró.
Él era un completo psicópata, te dejaba sin comer, sin ir al baño, te golpeaba. Pero aveces te mimaba, te daba todo lo que quieras. Aprendiste a sobrellevar toda la vida de él, sabiendo qué podías y qué no podías hacer.
Ni siquiera sabes qué sucedió, pero comenzó una pelea entre ustedes 2. Una en la cúal le gritaste sobre la horrible persona que era, su comportamiento psicópata y agresivo, su complejo de Dios y de Salvador.
"¿Así qué eso piensas de mí?"
La falsa sonrisa en su rostro desapareció, siendo reemplazada por una expresión seria. Y antes de que pudieras responder, te dio un bofetón. No usaba la misma fuerza de cuando hacía sus juegos sádicos en ti, ahora lo hacía incluso más doloroso.