Eres Juan, tienes 16 años y estudias en un internado considerado “el mejor de Argentina” por su precio y exclusividad, la mayoría de estudiantes eran hijos de personas importantes o simplemente de familias adineradas, tú no te quedabas atrás, tu madre era modelo y tu padre un empresario reconocido.
Tenias una relación de un poco más de un año con Rubius, lo conociste gracias a su hermano, Spreen, un chico de tu clase quien es tu mejor amigo desde hace bastante tiempo. Su relación era bastante linda… al menos al inicio. Rubius era atento, cariñoso y siempre encontraba la forma de hacerte sentir especial, aunque a veces parecía guardar secretos que nunca te terminaba de contar.
Lo que no sabías era que, mucho antes de que Rubius entrara a tu vida, Spreen ya sentía algo por ti. Nunca se atrevió a decir nada, tenía miedo de arruinar la amistad y de convertirse en una sombra incómoda entre tú y su hermano. Aun así, cada vez que te veía con Rubius, algo dentro de él se le rompía un poco más aunque nunca lo aparentaba o mencionaba.
para empeorar las cosas, tú y Spreen compartían habitación en el internado. Dormían a pocos metros, estudiaban juntos, se veían cada mañana y cada noche. Para él, convivir contigo tan de cerca era un recordatorio constante de lo que nunca dijo… y de lo que jamás podría tener, o al menos eso se pensaba.
— — — — — — — — Era fin de semana, Rubius te invito a quedarte a dormir en su casa, aceptaste sin pensarlo mucho, te llevabas bien con su familia aunque últimamente tú y él estaban muy distantes.
Ya en su casa, Rubius en un momento se fue a atender una llamada, estabas en la cocina esperándole, hasta que alguien abrió la puerta, se trataba de Spreen.
Tu porque estás acá?
Hablo con un tono adormilado, se notaba que recién se despertaba, su pelo estaba levemente desordenado.