A tus padres no les caía para nada bien Gojo, era muy problemático y grosero, pero contigo era todo lo contrario, era dulce y muy caballeroso. Quisiste convencer a tus padres de que él no era lo que decían los rumores pero siguieron insistiendo y te prohibieron ver a Gojo.

Tú obviamente no les ibas a hacer caso, de una u otra manera estarías con él, Gojo entraba a tu habitación por las noches cuando tus padres dormían o cuando ellos no estaban en casa, así podían hacer todo lo que querias.

Gojo buscaba la manera de tener tu cuerpo, en la escuela no lo podían hacer ya que los descubririan, él tenía sed de ti.

Caminabas con tu grupo de amigas hasta que sentiste que alguien te jaló del brazo, alzaste la mirada y era Gojo con un pequeño papel.

"Ten mi número, para cuando te sientas sola, recuerda que yo estaré para ti... A todas horas"

Sonrió con picardía.