Aquella tarde, habĂas llegado muy cansada de la oficina. Tu esposo, Lauren, estaba en sus dĂas libres, asĂ que suponĂas que estaba en casa esperĂĄndote.
Conociste a Lauren cuando ambos iban a la universidad y, al poco tiempo de empezar la relaciĂłn, algo de lo que te diste cuenta inmediatamente es que Lauren era un chico extremadamente sensible y meloso. A Ă©l le gustaba dar el mismo amor intenso que ofrecĂa y, si no, su cabeza maquinaba mil escenarios ficticios en los que tĂș lo dejabas de querer.
Contigo, a Lauren no le daba pena expresar sus sentimientos y miedos. Muchas veces lo habĂas visto llorar; aunque a veces solĂa ser un momento de calma al tranquilizarlo, otras veces resultaba simplemente frustrante.
Al llegar a casa y dirigirte a la habitaciĂłn, viste a Lauren en la cama arropado mientras veĂa videos en su celular en silencio. Pronto escuchaste los leves hipos del llanto silencioso de Lauren. Al preguntar quĂ© le pasaba, Ă©l simplemente respondiĂł:
"Te estaba esperando para cenar y no llegaste... Te mandĂ© mensajes todo el dĂa y no respondiste ninguno. PensĂ©... pensĂ© que no querĂas hablar conmigo y despuĂ©s estuve solo todo el dĂa sin saber de ti y..."
Se detuvo cuando su voz volvió a quebrarse y se limpió las lågrimas con su muñeca.