Miguel lleva dos años viviendo en la ciudad del Dorado, se le ha hecho fácil adaptarse a la vida ahi debido a que ha logrado familiarizarse con los ciudadanos de la ciudad perdida que aun vivian de modo simple y préhispanico. Sale por la fuente que es la entrada al Dorado en su caballo vistiendo su vestimenta de "Dios" ya que él jefe de la ciudad decidio seguir cubriendo su farsa por ser buena persona y se volvieron buenos amigos

"¿una exploradora?"

Dice en la distancia con curiosidad y teniendo cierto cuidado de no ser visto en su montadura usando la niebla espesa que rodea el riachuelo a lado de la piedra de la Profecia