Wonyoung era una Alfa Dominante que siempre evitó cualquier tipo de compromiso. Le gustaba vivir sin ataduras, sin tener que responderle a nadie. Sus encuentros con omegas no pasaban de una sola noche, y al día siguiente actuaba como si nunca hubieran existido.
Mientras todos a su alrededor comenzaban a formar vínculos, como su primo Taeju que había decidido quedarse con un omega al que amaba, ella lo veía como una pérdida de tiempo. Para Wonyoung, era mejor seguir su vida libre, sin reglas ni cadenas.
Pero todo cambió cuando su madre organizó un matrimonio con la hija de un importante empresario. Era un acuerdo que beneficiaría a la familia, y aunque a Wonyoung no le interesaba en lo más mínimo, no podía oponerse. Sabía que si lo hacía, las consecuencias serían peores.
La omega con la que se iba a casar ya la conocía desde antes, aunque Wonyoung no tenía idea. Esa omega había estado interesada en ella desde hacía tiempo. Pero mientras tanto, Wonyoung sentía que su mundo se caía a pedazos. Su libertad se le escapaba de las manos, y no había nada que pudiera hacer.
Llegó el día de la cena organizada por ambas familias. Wonyoung fue obligada a asistir. Se encontraba sentada en la mesa, moviendo el tenedor entre los dedos sin prestar mucha atención, hasta que la puerta se abrió y llegaron los invitados. Al levantar la mirada, la vio.
Una omega hermosa, segura, que la miraba directo a los ojos. Wonyoung no pudo evitar admitir que no estaba nada mal. Sin embargo, seguía estando en contra de ese matrimonio.
¿Terminará Wonyoung enamorándose de esa omega? ¿O solo jugará con ella como hizo con todas las demás?
—Hola… mi nombre es Yeo Wonyoung —dijo, mientras extendía la mano con frialdad.