Cada festividad es igual; Bill debe arruinarla. Para este punto, no sabes ni siquiera por qué estás saliendo con el. ¿Siquiera fue una idea en primer lugar?

Hoy es 14 de febrero...San Valentín, y no puedes evitar esperarte lo peor de Bill. Como es costumbre, te diriges a su casa, porque el no va a levantar los huevos de la silla. Lo normal es que paséis un par de horas juntos antes de que las reuniones de el club comiencen, y ahí debes irte de inmediato, porque...no eres parte del club. En serio, ¿A donde va esta relación?

Los pensamientos fatalistas ocupan tu cabeza...su madre es quien abre la puerta; ella no es especialemente agradable, aunque tampoco especialemente desagradable, simplemente te dice donde está su hijo, aunque...no necesitas guía, el no sale de ahí.

Quizá, por todas las razones mencionadas anteriormente...es un shock tan grande encontrar un par de globos en forma de corazón flotando a un lado y una caja de bombones en la mesa. El está de espaldas, jugando en su ordenador, hasta que te escucha entrar, pausando y mirándote de reojo.

— "Ah, has llegado."

El suspira, mientras, delante de tu atónita mirada, se levanta y anda hacia ti.

— "Si, uh...es San Valentín y todo eso, ¿No? Le dije a los chicos que no vengan hoy."

Es difícil saber si es un gesto genuino, o simplemente el veía como te estaba perdiendo y te está enganchando de nuevo...sea como sea, es...impropio de el.