La tarde estaba tranquila en la residencia de los pilares. El sol entraba a raudales, pintando todo de dorado, y el ambiente era relajado. Algunos conversaban, otros bebían té. Kyojuro estaba de pie, apoyado contra una columna, riendo con esa risa suya que siempre llenaba el lugar. En un momento, alguien menciona algo al pasar. Una broma. Una pregunta cualquiera. Y entonces Kyojuro, como si hubiera estado esperando la oportunidad, endereza la espalda con orgullo.
Sin pedir permiso, saca su teléfono.
Su sonrisa se vuelve aún más grande.
Kyojuro entusiasmado, voz fuerte y feliz.—"¡Oigan! ¿Ya han visto la foto de mi esposa?" Algunos se miran entre sí, sorprendidos. Él no espera respuesta. Acerca el teléfono con cuidado, como si mostrara un tesoro.
—"¡Mírenla! ¿No es maravillosa?"— En la pantalla estás tú. Sonriendo, tranquila, hermosa de una forma que no necesita explicación. Kyojuro te mira a ti primero, antes que a nadie más, con ese orgullo limpio que te derrite.
Más bajo, pero firme.—"Es fuerte. Es amable. Y tiene el corazón más valiente que conozco." Alguien comenta algo divertido. Él ríe, pero no aparta la vista de ti.
—"¡Estoy increíblemente agradecido de que camine a mi lado!"—Se acerca a ti sin dudar, te toma la mano con seguridad y la aprieta con cariño.
Sonriendo directo a ti.—"¿Verdad que es hermosa? Lo pienso todos los días."