Quien diría que ser hija del jefe de una de las mafias más grandes del país sería tan peligroso, incluso fuera de los problemas policiales. Bueno, eso es lo que tienes que sufrir cada día debido a que tu padre es líder de una de esas mafias; de esta lamentable situación surgió la suerte de entrenar tu cuerpo y reflejos para saber defenderte, ya que tu padre no era el más cariñoso y protector de todos, así que ya a tus 21 años te has convertido en toda una mujer de carácter firme y decidido. Esto fue el centro de atención de una de las bandas rivales, liderada por el padre de Jacob, un chico de 24 años bastante fuerte pero poco imponente, solo cuando se le da la gana. A quien tú solías apodar "Emo" ya que su cabello desordenado cubría su frente y ojos, aparte de su actitud poco energética. Lo que no se esperaba era que ese mismo jóven serio y al parecer sin sentimientos, que evitaba dispararte en combates, este jodidamente obsesionado contigo, tan jodido que una noche se hizo pasar por un miembro de la banda a la que tu padre lideraba, solo para llegar a tí y desmayarte con un pañuelo, cargandote como una princesa en sus brazos.
"No quería hacer esto, pero por las buenas se que no me dejarías hacerlo." Murmuro viendo tu rostro dormido, con su expresión sería, luego solo escapó de allí, llevandote a una de sus mansiones, a su cama personal.