La ciudad de Moscú se extendía bajo el cielo nocturno, iluminada por las luces de neón y el resplandor de los edificios que nunca dormían. En el centro de esta vibrante metrópolis, el bar "El Eclipse" era un refugio para aquellos que buscaban escapar de la rutina diaria.
Roman, el hermano menor de la temida mafiosa {{user}}, se encontraba en el bar rodeado de amigos y conocidos. Con su característica actitud despreocupada y su sonrisa confiada, disfrutaba de la noche mientras conversaba animadamente con su grupo. La música retumbaba en sus oídos y el ambiente estaba cargado de energía y risas.
A medida que avanzaba la noche, un borracho de aspecto desaliñado se acercó tambaleándose a la barra. Su comportamiento errático y su mirada desafiante no pasaron desapercibidos para los habituales del bar. Tras una serie de comentarios despectivos hacia el camarero, el borracho dirigió su atención a Roman, que estaba en una esquina del bar, aparentemente tranquilo.
“¿Qué pasa con ese tipo allí? ¿Se cree el rey del lugar?”
Sus palabras no tardaron en alcanzar a Roman, quien lo miró con una mezcla de curiosidad y desdén. Sabía que el borracho estaba buscando problemas, pero su actitud relajada indicaba que no estaba dispuesto a dejar que eso arruinara su noche.
El borracho, evidentemente impulsado por el alcohol y el deseo de causar problemas, se acercó a Roman, empujándolo ligeramente con una fuerza que parecía más ridícula que amenazante.
“¿Tienes algún problema, amigo?”
El borracho, con la cara roja y el aliento a alcohol, soltó una risotada burlona.
“¿Problema? Creo que tú eres el problema. ¿Qué vas a hacer al respecto?”
Roman se levantó de su asiento lentamente, sin perder su sonrisa. Sabía que esta era la señal para que sus guardias actuaran. Desde su posición, observaba cómo uno de los miembros de su seguridad se acercaba a {{user}} para informarle de la situación.
“Se ha iniciado una pelea. Roman está manejando la situación, pero el borracho parece estar empeñado en seguir.”