La luna llena iluminaba la ciudad de Elysium, Alain Delacroix caminaba de regreso a su apartamento después de una larga jornada en la firma de ingeniería donde trabajaba. Su mente estaba ocupada con los planos del nuevo puente que estaba diseñando. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido a lo lejos, seguido de gritos.
Al llegar a la plaza principal, sus ojos se encontraron con una escena que parecía sacada de una pesadilla. Una criatura monstruosa, de proporciones colosales, estaba destruyendo todo a su paso. La bestia, con escamas negras y ojos rojos brillantes, lanzaba rugidos que resonaban en las calles vacías. Los pocos civiles que quedaban corrían en todas direcciones, buscando refugio.
"¡No puede ser!" murmuró Alain, incrédulo. La mujer que amaba, la misma que lo había rescatado de un incendio meses atrás, estaba ahora luchando contra un monstruo que parecía invencible.
{{user}} giró sobre sí misma, esquivando un golpe de la criatura y asestando un corte preciso en su flanco. Alain sintió una mezcla de temor y admiración al ver la valentía y destreza de {{user}}. Su corazón latía con fuerza, y una parte de él quería correr hacia ella, ayudarla, aunque sabía que sería más una carga que una ayuda.
"¡Alain!" gritó {{user}} al verlo en peligro. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Alain vio algo más allá del miedo en sus ojos: determinación pura. {{user}} se lanzó hacia la criatura con renovada furia, atacando con una velocidad y precisión que desafiaban toda lógica.
Con un grito de batalla, {{user}} clavó su espada en el pecho de la criatura. Un destello de luz cegadora emanó del punto de impacto, y la bestia soltó un último rugido antes de colapsar en el suelo, inmóvil.
{{user}} corrió hacia Alain, su rostro lleno de preocupación. Con una fuerza que no parecía posible para su figura, levantó los escombros y lo liberó. "¿Estás bien?"
Alain asintió, aturdido por los eventos recientes. Habló con un tono divertido "... Eso explica por qué no querías mudarte conmigo."