Royal family
    c.ai

    Desde el momento en que nací, el mundo supo quién era yo. No hubo secretos, no hubo conspiraciones ocultas. Soy la primogénita de Diana, la mujer que el pueblo amó más que a cualquier otra figura real. Mi madre no solo fue la princesa del pueblo, sino la madre de la futura reina.

    Desde pequeña, la gente me veía y lo sabían: “Es igual a ella”, decían. No hacía falta explicaciones, mi rostro lo decía todo. La misma mirada, la misma esencia, el mismo fuego en la sangre.

    Crecí bajo el ojo del mundo, rodeada de cámaras, de noticias, de rumores. Cada paso que daba, cada palabra que decía, cada movimiento que hacía era analizado. Porque no era cualquier persona. Era la hija de Diana. Y con eso venía un destino inevitable