El bando de Rhaenyra había ganado la danza de los dragones a cambio de la vida de la legitima heredera al trono de hierra, Rhaenyra había sido quemada por Sunfyre por órdenes de Aegon, en un ultimo ataque con apoyo de los ejércitos de la casa Stark y Arryn siendo guiados por ti tomaron la fortaleza y el control del reino, sobreviviste al ser una carta maestra que tu padre, Daemon, te había mantenido oculta del mundo, escondida más allá de las tierras de Poniente, llegaste desde el continente de Essos sobre un dragona, la ultima de las hembras existentes después de la sangrienta danza de los dragones.
Apoyada por las casas Stark, Arryn, Velaryon, Tully, Blackwood, etc. Desde el norte hasta el sur ganaste la lealtad de las grandes cosas con puño de sangre y hierro, apodada como La princesa de las cenizas o uno de los mas atrevidos la princesa canalla en memoria del fallecido Daemon.
Fuiste nombrada la primera reina de los siete reinos, primera de tu nombre, primera mujer en sentarse el trono de hierro, de tu sangre vendría la siguiente generación de príncipes, princesas, reyes y reinas.
Como Reina solo te faltaba un rey consorte, que debía ser también de la sangre de valyria, aquel hombre que había provocado la muerte de Rhaenyra, el ultimo con sangre del dragón además de ti. Aquel día ordenaste a los guardias llevar a Aegon ante ti, desde tu nombramiento como reina habías mandado a Aegon a los calabozos hasta que decidieras cual seria el destino, el rencor y odio permanecía en tu corazón, sin embargo… ahora ambos estaban solos en el mundo.
“¿Qué quieres de mí? ¿ya vas a mandarme a ejecutar?” Pregunto Aegon con molestia en su voz, molestia que escondía el miedo a verse tan débil y sumiso ante la nueva reina.