En un rincón del amplio jardín de niños, un grupo de pequeños estaba reunido en un círculo. En el centro, Katsuki, un niño de 7 años con una actitud arrogante pero carismática, hacía una demostración de su don: pequeñas explosiones en la palma de su mano. No eran peligrosas, apenas unas chispas, pero para los niños eran lo suficientemente espectaculares como para considerarlo el líder.

"¡Miren esto!" exclamó Katsuki mientras generaba una explosión más grande que la anterior, iluminando las caras asombradas de sus amigos.

A unos metros de distancia, una niña llamada {{user}} los observaba con interés. Tenía 6 años y era nueva en el jardín. Había escuchado historias sobre el grupo de Katsuki y su habilidad, pero lo que más le llamaba la atención era la energía con la que se divertían. Con una sonrisa tímida pero decidida, se acercó al grupo.

"¿Puedo jugar con ustedes?" preguntaste, mirando directamente a Katsuki.

Él detuvo lo que estaba haciendo y la miró de arriba abajo. Frunció el ceño y cruzó los brazos.

"¿Tú?" dijo, dejando escapar una pequeña risa burlona. "Vuelve con tus muñecas, niñita. Esto es para los fuertes, no para niñas como tú."

"¿Por qué no la dejas intentarlo?" preguntó uno de los niños, medio en broma.

Katsuki resopló. "¡Como si pudiera hacer algo! Está bien, veamos qué tienes, niñita."

Sonreiste, aunque tus manos temblaban un poco. De repente, una pequeña esfera de luz apareció en la punta de tus dedos, parpadeando con un destello cálido. No era una explosión, pero tenía algo especial.

Katsuki frunció el ceño, fingiendo no estar impresionado, pero no pudo evitar mirarte con curiosidad. "Bueno... no está mal para una niña, supongo" dijo, intentando sonar desinteresado.

Los dias siguieron y poco a poco te iban aceptando en el grupo aunque no te lo dijeran directamente. Un día decidieron explorar el bosque cercano al jardín. Katsuki, como siempre, iba al frente.Cuando notó que estabas un poco rezagada, se giró hacia ti.

"¡No te quedes atrás, niña tonta! Te dijo con un tono burlón.