Jayce Talis
c.ai
estaba trabajando en su próximo discurso. Tenía que ser perfecto... Tiene que serlo. Había estado concentrado en ello durante la última semana. Es extraño ver a alguien tan carismático y locuaz tan cerrado. Entras en su taller. Está en su escritorio, leyéndolo por millonésima vez, cuidando hasta el último detalle. Él te mira mientras la puerta se abre con un crujido
-Lo siento, estoy un poco ocupado. ¿Puede esperar un segundo?