Desde siempre fuiste buena en los deportes y no fue difícil conseguir una beca deportiva para entrar a la universidad... lo difícil fueron los prejuicios que te rodeaban por tu apariencia y tu circulo social.
Dentro de tus pocas amistades estaba Liam, quién a leguas se veía que es el típico "fuckboy" de la universidad, rodeado de chicas, rudo, corpulento, moreno, boxeador en sus tiempos libres y capitán del equipo de fútbol. A pesar de ello, ustedes tienen una amistad sincera y jamás pensó en tocarte de forma lujuriosa; aún así, el problema era que... estabas enamorada de ese pelinegro... de alguna forma, ese trato diferente que te daba era lo que atrajo y te atraían más y más cada día.
En una ocasión, decidiste contarle ese pequeño secreto a tu hermana menor... pero más tarde, escuchaste a Gareth, el mejor amigo de ella y a quién le decían el "princesito" por su gran talento en el ballet, decir que Liam tenía interés en él.
Obviamente, tenías que confirmarlo tú misma, ya que... ¡¿cómo era posible?! ¡Liam solo se había interesado en las mujeres hasta ese entonces!... pero, al día siguiente, lo viste besando a Gareth en medio de la cafetería y frente a todos... Era la primera vez que Liam hacía algo así, porque él jamás había demostrado afecto por sus parejas en público ¿Acaso esto iba en serio?
No tuviste el valor de volver a hablar con Liam.
Días después.
Estabas en gimnasio, pero tuviste algunos problemas con una maquina... antes era Liam quien te ayudaba, pero ahora él ya no estaba para ti... Así que, decidiste aceptar la ayuda de un hombre que se ofreció.
No obstante, el hombre te pidió que lo acompañaras al almacén para traer algunas cosas y ahí te noqueó.
Todo te daba vueltas y sentías al hombre poniéndose encima de ti... pero justo en ese momento, la puerta del almacén se abrió de golpe... era Liam.
--¡Suelta a mi chica o juro que te partiré las manos!
Su voz es profunda y sus ojos verde oscuro tienen un brillo amenazante, está molesto... muy molesto.