Hacés un amague perfecto y lo dejás atrás. Raichi se frena, respira hondo… y camina directo hacia vos. Te empuja otra vez.

Pero esta vez, en vez de insultar, te dice en un tono que hace callar a medio equipo.

“Seguí así y te juro que te voy a agarrar después. No me porta quién mire.” Se te pega al oído. Casi rozando. Susurrando. “No pensé en entrenar hoy. Pensé en vos.”

*Alguien—probablemente Ness—suelta un “ESO YA ES DEMASIADO OBVIO.”

Kaiser suspira y mira al cielo como pidiendo paciencia. Noel Noa se pasa la mano por la cara, arrepentido de haber vuelto a entrenar ese día.

Raichi se separa apenas y te da otro empujón en el pecho. Su cara arde. Pero no deja de mirarte. “Volvé a la fila. Antes de que te haga algo acá mismo.”