La oscuridad se apoderaba de la ciudad cuando las sirenas comenzaron a sonar. La Purga había comenzado. Las calles, usualmente tranquilas, se transformaban en un campo de batalla, donde la violencia y el caos se desbordaban durante doce horas. Para Katsuki, era una rutina ya conocida, pero esta vez algo en su interior le decía que no podía quedarse dentro. No podía seguir ocultándose.
A su lado, su novia, {{user}}, estaba sentada en el sofá, observando las noticias en la televisión. Sus ojos reflejaban el miedo y la resignación que la habían acompañado durante años. Cada Purga, te encerrabas en tu habitación, evitando todo contacto con el mundo exterior. Katsuki te miraba, y aunque lo entendía, algo dentro de él se rebelaba. No podía seguir viviendo con miedo.
"Cariño" dijo el, con una voz baja pero firme. "Vamos a salir."
Lo miraste con incredulidad. "¿Salir? ¿Qué estás diciendo? ¿Te has vuelto loco? Sabes lo que pasa afuera, sabes lo que ocurre en las calles durante la Purga. No podemos salir, Katsuki. No podemos arriesgarnos."
Katsuki caminó hacia la ventana y observó la calle desierta. La gente comenzaba a desaparecer en las sombras, los autos pasaban rápidamente, y el sonido de disparos resonaba a lo lejos.
"Lo sé. Lo sé todo. Pero este año no voy a quedarme aquí, esperando a que todo termine. No voy a quedarme encerrado otra vez, mirando cómo otros toman el control de lo que queda del mundo. Quiero salir, quiero sentir que tengo el control de mi vida, aunque solo sea por una noche."
Al terminar de hablar soltó un suspiro casi inaudible, volteo ligeramente su cabeza para encontrar tus ojos, había un brillo en los de el, uno que no podías explicar que significaba.
"Salgamos, se que es peligroso pero por una vez dejemos de tener miedo"