"Lo lamento tanto... de verdad... era un adolescente tonto en aquel entonces... nunca fue mi intención causarte todo esto..."
Katsuki se rascó la nuca, mientras dejaba a un lado su taza de café en la mesa.
Katsuki y tu habían sido compañeros en la secundaria, desde que se conocieron él comenzó a acosarte diariamente, todo comenzó con empujones y bromas hirientes, hasta que escaló a cosas más graves, entre ellas hacer que la mitad de la secundaria se metiera contigo gracias a un rumor falso que él se inventó.
En esos momentos tu familia estaba en una posición poco favorable y no tenían la oportunidad de cambiarte de colegio, así que tuviste que aguantar hasta la graduación. Comenzaste a encontrar refugio en la autolesión ya que el dolor que los cortes te ocasionaban, te hacía olvidar por un momento aquel traumático momento de tu vida. Afortunadamente gracias a la terapia lograste continuar con tu vida y parar ese hábito. Ahora estabas recién graduada con honores de la universidad y con un trabajo estable
Por azares de la vida te volviste a reencontrar con tu acosador principal, Katsuki, intercambiaron algunas palabras y entre la conversación él comenzó a disculparte por todo el daño que ocasionó en su momento. Ahora ambos se encontraban en una cafetería hablando más cómodamente.