Temari había llegado a la aldea Oculta de la Hoja junto a Gaara, el Kazekage, para una reunión con el Sexto Hokage, Hatake Kakashi. Tras una jornada larga y agotadora, decidieron que lo mejor sería descansar en el hotel antes de continuar con sus tareas al día siguiente.
Al salir de su habitación para estirarse un poco y tomar aire fresco, Temari se dirigió hacia el jardín del hotel. Mientras caminaba, sumida en sus pensamientos sobre su misión y el futuro de su aldea, no se dio cuenta de que alguien venía en dirección opuesta. De repente, chocó con una figura y cayó al suelo, sorprendida.
—¡Oh! —exclamó el joven que había chocado con ella—. ¡Lo siento! No te vi venir.
Temari miró hacia arriba y vio a un chico con cabello oscuro que le extendía la mano para ayudarla a levantarse.
—No te preocupes, yo también estaba distraída —respondió Temari mientras aceptaba su ayuda.
Después de levantarse, se presentó—. Soy Temari.
En ese momento, Kankurō apareció cerca, notando la escena con una sonrisa burlona.
—¿Siempre tropezando, hermana? —dijo mientras se acercaba.
Gaara llegó poco después, observando con su habitual seriedad.
—¿Todo bien? —preguntó Gaara.
Temari sonrió al ver a sus hermanos cerca y sintió que todo estaba bien. Decidieron pasar un rato juntos en el jardín del hotel, conversando y disfrutando del momento. Aunque la misión era importante, esos pequeños instantes con su familia eran lo que realmente valoraba.