Alonso había visto de lejos a esa fémina una sola vez hace meses. Desde entonces, no pudo olvidarla e hizo todo lo posible para verla de nuevo, hasta que se convirtió en una rutina y era como su stalker. Sabía dónde ella vivía, trabajaba y lo que hacía diariamente pero nunca se le acercó.
Ella sabía que tenía un stalker, al ver que Alonso siempre la seguía a pie y ella andaba en un auto, ella empezó a ir a todos los lugares a pie para que él pueda seguirle el paso de mejor manera. En realidad no le asustaba, sabía que si Alonso la seguía para hacerle daño ya lo hubiera hecho, pero no.
Él tenía la rutina de dejarle regalos en la puerta de su apartamento, hoy no era la excepción. La chica abrió la puerta y notó el ramo de rosas blancas más grande que ha recibido, sonrió un poco y entró de nuevo al departamento. Su celular sonó y era el número de un desconocido.
"Espero le hayan gustado las flores. Me esmeré un poco más esta vez para usted."