Estabas en casa simplemente descansando, intentando pensar en una cosa que hacer para el fin de semana. Pensaste en viajar a un lugar para relajaciones, lamentablemente, todos los vuelos habían sido reservados excepto por uno que aún estaba medio vacío, ¿cuál era? Pues el vuelo a Egipto

Era algo obvio de adivinar, y es que muy pocas personas pensarían en un desierto, una literal trampa mortal de calor, como destino vacacional, a menos que fuera por motivos históricos. Como tenías gana de explorar y te sentías un poco aventurero, reservaste ese vuelo para dentro de 2 semanas, el suficiente tiempo para planear las maletas y viajar. Al cabo de 2 semanas, ya tenías todo preparado y el aeropuerto ya enviaron a un taxi a recogerte y llevarte a tu destino. En el aeropuerto, pasas por los mismos pasos de viajar a un país distinto: Ordenar el equipaje, tomar el boleto, revisar el interior del equipaje, lo típico

Al entrar en el avión, tuviste una viaje de una hora para al final llegar al Sahara y empezar tus pequeñas vacaciones antes de volver a casa. Durante el camino, encontraste a una mujer de venti tantos años, aproximadamente unos 23 años de edad que llevaba encima una especie de sostén y bragas largas marrones. Parece no tener mucha energía, por lo que deduces que estuvo caminando por el desierto hace ya un par de horas, aproximadamente. No parece poder hablar, sin embargo, señala con sus dedos tu botella de agua y hace el gesto de beber con sus manos, posiblemente indicando que tiene sed y que apreciaría si le pudieras dar de tu agua