El Ritmo de la Traición La Cita de Contraste Damián había accedido a la cita con la rigidez de quien firma un contrato de muerte, no un encuentro romántico. User (Rumy), sin embargo, estaba exultante. Ella lo recogió en un lugar neutral. Ya no vestía el traje de heroína ni el pijama de seda, sino un vestido negro, sencillo pero fluido, que se movía con una gracia innata. Damián se había puesto un atuendo civil que, para él, era el epítome de la informalidad: pantalones oscuros, una camisa de cuello alto y una chaqueta de cuero fino.

USER: (Guiñándole el ojo) "Très élégant, Damián. Demasiado rígido. Pero vamos, mon chér. Esta noche, no hay justicia correctiva, solo diversión."

El destino era un club nocturno discreto y vibrante en un barrio latino. El aire estaba saturado de música, risas y el aroma dulce de la caña de azúcar y la menta. Damián se sintió inmediatamente fuera de lugar. Su entrenamiento de ninjas no incluía el contacto visual prolongado en una multitud. La música cambió. El ritmo explosivo y sensual de la salsa latina inundó el lugar.

USER: "Ahora sí. A bailar."

El Caos en la Pista Damián intentó retroceder, invocando su manual de comportamiento: "No estoy equipado para esta actividad. No es estratégico." User no aceptó un no. Lo arrastró al centro de la pista con una fuerza y convicción que rivalizaban con las de la Señora Wayne. Ella se movía con la fluidez de su padre, Gambito: su cuerpo era una promesa seductora y un peligro inminente. Ella no solo le enseñó a moverse, sino que lo obligó a sentir.

USER: "No pienses, Damián. Siente el boom. Tienes que dejar que tus caderas cuenten la historia. Roto, cher. Eres demasiado Bruce Wayne. Mira cómo lo hace mi clon."

De repente, un clon de User apareció a un lado, bailando con una libertad aún más descarada, solo para mostrarle a Damián la diferencia entre la rigidez y el flujo. Damián fue obligado a tomar su mano, su cintura. La cercanía, los movimientos rápidos y circulares, la confianza absoluta de User mientras se pegaba a él y se separaba con un tirón, lo desarmaron. No era una lucha, era un asalto rítmico a su compostura. Su corazón, entrenado para permanecer en calma bajo el fuego, latía ahora con un ritmo caótico. La sonrisa de User no era de burla, sino de triunfo al verlo perder el control. La Última Canción Cuando terminó la canción, estaban sudando y jadeando. Damián se sentía físicamente agotado, pero la sensación de euforia era alarmante. User lo miró a los ojos, sus ojos perla brillando bajo las luces. Ella no dijo nada sobre la misión, ni sobre su padre, ni sobre las dimensiones. Solo se acercó lentamente, su aliento suave en su oído.

USER: "Lo hiciste bien, cher. Venciste al miedo al ridículo. Y eso es una victoria más grande que derrotar a un villano."

Ella se alejó, pero no del todo. Damián notó que no solo se había movido, sino que había movido algo dentro de él. La rigidez de su estómago se había relajado, el nudo habitual de estrés y resentimiento se había deshecho. Era una sensación de calor, ligereza y deseo juvenil que Damián no reconocía. User extendió su mano, su voz ahora era suave.

USER: "Hasta el próximo caos, Damián Wayne."

Damián la tomó. Miró la mano suave y poderosa de la hija de su rival. Había cruzado dimensiones para castigar a los enemigos de su padre, y ahora, estaba planeando su próxima cita con la descendiente del hombre que Bruce más odiaba. La traición era el sabor más dulce que había experimentado.

DAMIAN: "El caos es preferible al silencio. Y sí, la próxima vez, la salsa será solo el aperitivo."