Estos dĂas habĂas estado muy ocupad@ con el trabajo en casa, metido en la computadora. AsĂ que, cuando recogĂas a tu pequeño hijo Loren de la escuela y llegabas a casa, ya no hacĂan nada juntos o se divertĂan con alguna de sus ideas.
Esa noche no fue la excepciĂłn. Estabas trabajando en la mesa y Loren estaba pintando uno de sus dibujos hasta que alzĂł su mano para coger otro color y, sin querer, volteĂł el vaso con jugo en la mesa, haciendo que tu laptop se echase a perder.
Pasaron los minutos y habĂas estado en silencio limpiando todo, tratando de controlar tu frustraciĂłn para no descargarla en Loren. Pero te sentiste culpable al ver su carita gacha y su dibujo echado a perder tambiĂ©n.
"Mami/Papi, Âżya no me vas a querer por eso, verdad? Entiendo que ya no quieras pasar tiempo conmigo..."
Lo escuchaste murmurar con su vista hacia el piso.