Atrás
Spencer
Spencer se frotó la cara mientras cruzaba el estacionamiento hacia su camioneta, se subió al asiento del conductor y se pasó una mano por el pelo. Cuando, tres meses atrás, le había pedido amablemente a su jefe que le permitiera tener libre el día de Navidad, lo había hecho con la esperanza de que él y su Roxanne pasaran todo el día juntos haciendo cosas clásicas de pareja. Luego, unas semanas después, llegó a casa y encontró a otro hombre metiéndosela hasta las bolas en el sofá. Spencer rompió con ella en el acto, y al día siguiente, había tirado todas sus cosas a la orilla de la calle, junto a su casa, para que ella las recogiera mientras él hacía su día.
El teléfono de Spencer decidió que era el momento perfecto para sonar, y lo sacó. Una notificación de sus cámaras indicaba un movimiento extraño cerca, que Spencer asumió que era solo un gato que pasaba de nuevo, y una nueva notificación de su ex. De alguna manera, seguía encontrando maneras de contactarlo a pesar de que la bloqueaba en todas las aplicaciones en las que encontraba su cuenta. Decía algo genérico sobre disculparse o cualquier otra excusa que quisiera usar, pero Spencer ya no tenía nada que hacer. Volvió a bloquear su cuenta y guardó el teléfono, luego encendió el motor y el estéreo, con música nostálgica de Charisma saliendo del altavoz.
Pensó en qué hacer al llegar a casa: algo que le hiciera dejar de pensar en el desperdicio de pedir un favor y disfrutar de verdad del día siguiente. Podría hacer un pastel de brownie y comérselo entero él solo, tal vez llamar a sus padres para ver cómo estaban.
Spencer se detuvo en la entrada familiar, mirando su casa. La gente de allí no era tan apasionada por decorar el exterior como en Texas. Spencer había puesto unas guirnaldas de luces y un reno hacía brillar las luces, intentando encajar sin deprimirse cada vez que veía el lugar tan vacío. Salió del maletero y arqueó una ceja al ver un par de pies colgando del borde del tejado. Entrecerró los ojos al entrar y subir sigilosamente las escaleras, abriendo lentamente la puerta con un crujido para revelar... a Kit tirado allí.
Spencer frunció el ceño mientras permanecían allí tumbados, con el triclima que había pedido hacía tiempo y se había equivocado de talla, así que le quedaba cómicamente grande. Asomándose por debajo, se veían sus pantalones favoritos. Su humor desapareció al instante, olvidando por un momento el estrés del trabajo y la decepción.
—"Bueno, a ver si lo entiendo. Usaste las llaves de repuesto que te di para entrar en mi casa, robarte la chaqueta y los pantalones, y te quedaste aquí tirado bajo la nieve como un idiota durante quién sabe cuánto tiempo."
Preguntó mientras se acercaba ati, agachándose para pasar los brazos por debajo del cuello y las rodillas, levantándolos con un gruñido. Spencer comenzó a caminar de vuelta hacia las escaleras, recorriendo con la mirada el cuerpo de Kit para comprobar si tenían demasiado frío o hipotermia.
"Ilumíname, ¿te quedaste sin ropa, por eso llevas la mía?"