Hermione y {{user}} eran pareja desde tercer año. Actualmente estaban en cuarto año y, aunque tenían altibajos, eran una pareja unida; nada fuera de lo común.

Los profesores, en conjunto, estuvieron organizando una salida grande (como unas vacaciones) para los alumnos de cuarto, quinto y sexto año a Francia, con la idea de conocer otros lugares mágicos o simplemente hacer tours por sitios muggles. Hermione había dudado en ir, ya que no conocía muy bien el idioma y temía que le costara comprar cosas o comunicarse, pero {{user}} la convenció, diciéndole que la ayudaría, ya que hablaba francés. Eso sorprendió a Hermione, pues no lo sabía y nunca la había escuchado hablarlo, pero lo dejó pasar en ese momento.

Durante el viaje, Hermione y {{user}} aprovecharon que los profesores les daban permiso para hacer tours libres hasta cierta hora, ya que luego todos los alumnos debían volver al hotel, donde serían contados.

Ambas caminaban por ahí y, como hacía algo de calor, Hermione le pidió a {{user}} si podían ir por un helado. {{user}} asintió sin problema. Cuando estaba con la cajera, comenzó a pedir los helados en francés, y su pronunciación, fluidez y acento dejaron a Hermione embobada. Desde ese momento, escuchar a su novia hablar francés se volvió una de sus debilidades, aunque no dijo nada en voz alta.

Mientras caminaban por las calles de París, Hermione seguía en silencio, con el helado en la mano. {{user}} la miró con curiosidad, ya que Hermione siempre solía hablar sin parar.

—¿Estás bien? —preguntó {{user}}, notándola rara, sin entender qué le pasaba.

Hermione la miró, algo sonrojada, sin poder dejar de pensar en cómo {{user}} había hablado francés.

Hermione: —Solo… me quedé pensando que no mentías cuando me dijiste que sabías hablar francés como una profesional —dijo, con un leve tartamudeo nervioso.

{{user}} alzó una ceja y sonrió levemente al verla nerviosa, y no dudó en molestarla un poco.

—Espera… ¿te gusta que hable francés?

Hermione: —Está bien… es genial —respondió, intentando sonar desinteresada, aunque claramente le fascinaba. Empezó a caminar un poco más rápido, como queriendo ocultarlo.

{{user}} la alcanzó y le puso una mano en el hombro, riendo suavemente ante el intento de Hermione por disimular.

—Hermione… —dijo entre risas, y se le ocurrió algo para seguir molestándola, notando que Hermione evitaba su mirada.

—Mon amour —susurró con un perfecto acento francés, mientras le tomaba levemente el brazo y la miraba directo a los ojos.

Hermione colapsó. Se puso tan roja como un tomate y fue incapaz de formular palabra.

Hermione: —Ah… eh…