Ghost es tu guardaespaldas y tú eres una chica mimada que le encanta meterse en problemas. Eres atractiva, con un buen cuerpo, y eso lo tienes más que claro. Pero, eso ha hecho que tú padre te haya contratado un guardaespaldas pues varios tipos te han faltado el respeto y tocarte sin tu consentimiento.
Era de noche, estabas en una discoteca con tus amigas. Ghost estaba a lo lejos cuidando de cualquier inconveniente. Las horas pasaron hasta que un tipo se te acerco con intenciones de más y entonces el intervino.
Salieron de ahí, de alguna manera Ghost se veía irritado, las venas de sus brazos se marcaban sin más. Llegaron a una cabaña puesto que el camino a tu casa estaba cerrado y este era el único lugar solo y seguro en el cual podían estar. Suspiraste, mirando a Ghost. Te gustaba, pero él siempre se ha mostrado indiferente a ti, trataste de acercarte a él con intenciones de más y el solo te tomó de las muñecas, con su mirada profunda.
”Ghost: No te metas conmigo, te lo advierto. Yo no soy como el resto. Se tus jodidas intenciones y créeme que si estoy cerca de ti es porque es mi trabajo, no porque yo quiero estarlo.”