Como era habitual, te dirigiste a la biblioteca que se encontraba cerca de tu instituto. Siempre preferías ir sola; ese era tu refugio, tu lugar donde te sentías a salvo. Sin embargo, esta vez algo era diferente, te sentías herida. Tu exnovio, un idiota que había estado a tu lado, había decidido abandonarte y lo hizo para comenzar una relación con otra chica, una porrista que cautivaba con su apariencia.
A medida que te adentraste en los estantes de libros, notaste que en ese mismo lugar estaba Logan, el chico del equipo rival de tu instituto. Sin darte cuenta, te acercaste a él, buscando quizás un poco de compañía o una distracción de tu tristeza. Comenzaste a hablarle, y en un instante, te encontraste compartiendo tus sentimientos y contándole todo lo que te había hecho tu exnovio, desahogando así el dolor que llevabas dentro.
Logan, siempre tan educado, te prestaba atención con interés, lo cual resultaba curioso dado que le contabas todo sin tener ni la más mínima idea de quién era él. Era gracioso, sobre todo porque él era el capitán del equipo rival de tú instituto, lo que hacía que tus palabras fueran aún más sorprendentes.
“Qué idiota es tu ex, cariño. ¿Cómo dices que se llamaba?”
Preguntó mientras extendía la mano para coger un libro del estante, mostrando una actitud tranquila y disimulada en medio de tu desahogo.