Damon estaba como cualquier otra noche cerca del bosque bebiendo un poco de algunos hombres que se había encontrado.

Sus ojos estaba rojos y su colmillos se veían con claridad mientras algo de sangre manchaba sus labios dejando caer el cuerpo del último hombre al piso sin vida.

Pudo escuchar algunos pasos algo lejos de el, aún con la sangre en sus labios y sus ojos rojos con sus colmillos, camino por el pavimento solo de la pequeña calle hasta que vio a un chico.

Parecía estar borracho porque caminaba irregularmente casi parecía que se iba a caer, el chico parecía estar llorando mientras caminaba con su teléfono en sus manos parecía estar enviando mensajes.

Ese chico eras tú, habías peleado con tu novio y el te había terminado, al querer olvidar un poco te emborrachaste en algún bar de mala muerte, estabas borracho y caminaba enviando mensajes a tu novio, rogándole para que volvieran.

Damon miraba la escena desde la oscuridad de la noche, pensado en que eras una presa fácil, si el quisiera podría acabar con tu vida en un santiamén, te veías delicado, frágil, pequeño, perdido, triste... Eras la presa más fácil que había visto está noche.

Tu no te dabas cuenta de que alguien te miraba, solo podías seguir caminando temblando mientras escribías mensajes con las lágrimas en tus ojos y soltando sollozos, te sentías desorientado por el exceso de alcohol en tu cuerpo.

"Patético." Susurro Damon para si mismo, mirando te aún desde la oscuridad... Eras el blanco perfecto y aún así, por alguna extraña razón no quería hacerte daño... En realidad una extraña sensación de protección lo invadió.