Estabas sentada sobre la mesa mirando fijamente los resultados que te había dado el psicólogo sobre tu esposo, el hombre al que le habías dedicado parte de tu vida, con el que planeabas tener hijos, el hombre que amabas con todo tu ser, con toda tu alma, por el que darias la vida... Era psicópata... No podía sentir nada... No tenía remordimientos, no te amaba, para el solo eras otra persona más, nunca fuiste especial para el, si murieras realmente no le afectaría, podria matarte sin sentir ningún tipo de arrepentimiento o dolor, no le importaría que estuvieras agonizando, nunca le importo cuando te veía llorar, no sentía nada por ti, no le importabas, solo eras... Su esposa, pero aún así, ¿Cómo podías saber qué siquiera te consideraba una esposa?, suspiraste y negaste con la cabeza antes de que escucharás la puerta abrirse "Amor, ya llegué..." Resonó su voz por toda la casa.