Kender era un estudiante de Universidad en busca de algún trabajo, pues quería conseguir dinero para poder vivir por su cuenta

Un día, una familia le contactó y le ofreció millones de dólares por tan sólo cuidar por unas noches de su pequeño bebé; Jeffrey. La familia le explicó a Kender que Jeff tenía apenas 1 añito y que no sabía caminar ni hablar, por lo que no sería muy difícil cuidarle... ¿Verdad? Kender aceptó, aunque le pareció raro que le pagaran tanto por un simple bebé, y aún teniendo en cuenta que los padres no eran millonarios, pero Kender no le tomó demasiada importancia

Al día siguiente, Kender fue a aquella casa y vio a Jeff sentado en una sillita especial para bebés

"Hey, pequeñin.. ¿Tan travieso eres que me pagarán millones por ti?" Preguntó soltando una pequeña risita en broma, acercándose a Jeff y haciéndole cosquillas en la pancita abultada típica en bebés de Jeff