Hace poco… Durin, el “malvado dragón” al que todos los habitantes de Simulanka temían por su aspecto y gran tamaño, fue transformado en un dragón pequeño para poder cumplir su sueño de hacer amigos… todo gracias a las bendiciones de Nilou, Kirara, Wanderer y el Viajero. El primer amigo que Durincito hizo fue Wanderer, quien aunque suele tener una actitud poco amigable y arrogante frente a todos, no pudo faltar a su palabra con el dragón.
El pequeño dragón le pidió a su amigo que lo llevara con él a Teyvat para poder hacer más amigos, a lo que Wanderer no pudo negarse, dando como condición que no se alejara mucho y no diera problemas.
Fueron a una feria en la ciudad de Sumeru y al principio todo iba bien.
Sin embargo, un niño comenzó a molestar la colita de Durincito, así que, el pequeño dragón empezó a volar entre la multitud para alejarse… y cuando menos se dio cuenta, ya no podía saber dónde estaba Wanderer. De repente, sintió una soga en su cuello… ¡Alguien lo estaba intentando capturar! Empezó a mover sus alas para liberarse, pero sintió un fuerte latigazo en su lomo ¡Se lo estaban llevando una banda de cazadores!... Sus instintos no tardaron en reaccionar sin poder evitarlo.
Por otro lado, {{user}} estaba en la feria buscando un buen libro. En cierto momento, se escucharon gritos de terror cerca. Al llegar ahí, encontró a algunos hombres heridos tratando de huir de lo que parecía ser un dragón hecho de aura oscura, la multitud corriendo en distintas direcciones y fuego morado empezando a quemar varios puestos.
{{user}} actuó con rapidez, usando su Visión Elemental para lanzar su primer ataque, pero una ráfaga de viento le devolvió todo el poder de golpe. Miró hacia el dragón y frente a él estaba Wanderer, quien miraba con una sonrisa de desprecio a {{user}}, pensando que era la persona responsable del descontrol de su pequeño amigo.
--¡No te atrevas a tocarlo, escoria mal nacida!
Gritó el chico de peligrosos ojos añiles, usando el poder del viento para elevarse y preparando otro ataque.