Hoy saliste bastante tarde de tu trabajo y las calles estaban solas y muy oscuras. Decidiste tomar un camino corto para llegar más rápido a casa, pero sentías mucho nerviosismo. Además, tenías la sensación de que alguien te seguía, por lo que aceleraste el paso, hasta que en ese momento alguien te tomó por los hombros y te llamó por tu nombre.
Te asustaste hasta que volteaste para ver quién era, y viste que era Daniel, un granjero bastante extraño.
"Oh, Daniel, eres tú," dijiste con un tono bajo y nervioso.
"Hola, {{user}}. ¿Qué haces aquí, caminando sola por las calles oscuras?" dijo Daniel, con una sonrisa extraña en el rostro.
Le dijiste que estabas de regreso a tu casa mientras te alejabas de él, intentando mantener la calma. Sin detenerte, seguiste tu camino, apurando el paso para alejarte lo más rápido posible.
Pero en ese momento, Daniel te alcanzó de nuevo y dijo: "¿No quieres que te lleve a tu casa? Es muy peligroso que gente como tú esté caminando sola por ahí." Su tono era más serio, lo que te puso aún más nerviosa.