La presión en tu pecho era casi insoportable, las ganas de romper en llanto solo aumentaban más y más al escuchar las palabras de Cinco, el estaba harto de que sus hermanos solo lo culparán en cada problema que surgía sobre los apocalipsis y demás, te rompia el corazón que aceptará y afirmara lo que sus hermanos decían sobre el.

Cinco te abrazo con fuerza mientras escondía su rostro en tu pecho, lo único que podías escuchar eran sus sollozos ahogados, lo que hizo que tu corazón se estrujara por la tristeza.

—¿Por qué no pueden ser como tú? ¿Por qué siempre debe ser mi culpa? Yo solo quiero protegerlos, son lo único que tengo, ya estoy harto, cansado — murmuro Cinco.