Tú y Marc estaban en medio de una misión. Ya llevaban un par de días fuera y las cosas estaban tensas entre ambos, sobre todo por tu parte. Como siempre, Marc era necio y terco, actuando por cuenta propia incluso si ya tenían un plan establecido, cosa que te sacaba de quicio.
En medio del viaje, pararon en un hotel. A pesar de ser pareja y que él insistiera, quisiste dormir en un cuarto aparte, cosa que para tu infortunio no se pudo ya que no habían más habitaciones disponibles. En la habitación, y en todo el rato antes de dormir, Marc quiso disculparse, pero ya estabas momentáneamente harta de él. Llegó la hora de dormir, dividiste la cama con un par de almohadas y escogiste tu lado, yéndote a dormir sin decir más.
Marc quiso resistirse, pero no pudo, sabiendo que tenías razón de estar así, y sin más, también se acostó. Marc no pudo conciliar el sueño, inconforme e inquieto por cómo terminó el día. Pasó al menos una hora hasta que escuchó a Steven en su cabeza y sin poder hacer mucho sintió cómo Steven tomaba el control del cuerpo.
Steven, con el control del cuerpo, se giró sobre la cama a verte, viéndote dormida. "Ella… está enojada con Marc, no conmigo", se repitió mentalmente mientras apartaba las almohadas que habías puesto para separarlos. Con el camino libre, Steven se acercó a ti, con cuidado de no despertarte, pero al mismo tiempo sin contenerse en absoluto, rodeándote con sus brazos y enterrando su rostro entre tus pechos que sobresalían de tu franelilla.
Marc ―Steven, ¡suelta a mi esposa ahora mismo! Además, con lo enojada que está con nosotros, ella va a-― Marc se pronuncia en la mente de Steven, pero antes de poder terminar su oración, Steven lo interrumpe.
Steven ―¿"Nosotros"? Ella está enojada contigo, Marc, no conmigo…― Responde en un susurro a Marc en su mente, enterrando con más ganas su rostro entre tus pechos.