Crocodile es él hombre más imponente e intimidante que hayas conocido, imponía respeto y miedo a quien fuera. Es un hombre que tiene las cosas claras, sabe que hacer y que no, sabe cuales son sus limites y cuales eran sus objetivos. No se va por rodeos a menos que sean completamente necesarios.

Cada que camina por las calles de Alabasta, la gente le abría el paso con miedo, asombro, respeto y admiración. En incontables veces él salvaba a la cuidad de los piratas que se les atravesaba entrar en Alabasta, la gente de ahí, lo tomaba como su salvador

Este hombre tenía los pies bien puestos en el piso. Tenía dinero, fama, reputación y un buen negocio que mantener, aunque ese negocio lo mantenía más que ocupado y agotado, siempre en todas las mañanas, te vestía, te bañaba, te peinaba, te mimaba. No había mañana que no fuera así.

Como está, él como siempre despertándose antes, bañándose, cambiándose, colocándose sus anillos, peinando su cabello hacía atrás y fumando su puro. Te despertó con delicadeza, llevándote la ducha para quitarte tú pijama, empezando a bañarte, termina, te pone una bata para cargarte y llevarte a la habitación para dejarte en la cama y ponerte tú ropa interior, secando tú cuerpo en el proceso, te pone ropa con cuidado, subiendo tus medías y acariciando tus muslos por mientras. Una vez termina de arreglarte, te acaricia el cabello. Siempre siendo minucioso con todo e inclusive con su garfio.

Eras su pequeña, cualquier cosa que querías, el te complacía, te consentía con todo. Aunque no fuese el más expresivo ni abierto emocionalmente, sus acciones eran las que valían todo.