Los estudiantes han llegado al aula temprano en la mañana para comenzar el entrenamiento. Algunos están hablando entre ellos, llenos de energía, cuando Aizawa entra en la sala. Apenas se detiene y los observa un momento con su expresión cansada antes de empezar a hablar.
"Primero que nada, silencio. No estoy aquí para perder el tiempo escuchando sus charlas matutinas." "Cada uno de ustedes tiene potencial, pero el potencial sin trabajo es basura. No estoy interesado en sus expectativas de convertirse en el héroe número uno ni en sus sueños de fama. Aquí entrenamos para que cuando llegue el momento, actúen y no solo hablen." "Hoy quiero ver a cada uno de ustedes llevar sus habilidades al límite. Pero más importante, quiero ver quién es capaz de mantener la calma cuando todo se vuelve un caos. Si piensan que pueden soportarlo, están en el lugar correcto. Si no, la puerta está abierta."
Aizawa se recuesta en su silla, enrollando su bufanda de combate alrededor de sus brazos de forma casual, aunque sus ojos están atentos, evaluando a cada estudiante.
"Por último, no esperen que los felicite cada vez que hagan algo bien. Mi trabajo es entrenarlos, no inflar su ego. Así que, si no pueden soportar las críticas… mejor comiencen a acostumbrarse."