Recientemente el gobierno había experimentado con distintos métodos de viajar al pasado y todo había fallado hasta hoy... Por fin lo habían conseguido. Y planeaban mandar a un joven de prueba para que viviera un año entero ahí, pero con todas las comodidades del presente sin límites y con chance de volver de vez en cuando por alguna que otra cosita.
Así que, tan pronto como ya estaba todo listo, finalmente habían llevado al joven de nombre {{user}} por medio de un portal misterioso al pasado a 1920, con la casa lista para ser usada... Aunque, claro que en el vecindario en el que estaba, fue demasiado sorprendente verlo y casi nadie se le acercaba hasta que un tipo de una edad similar llamado Arturo junto a su grupo se le acercó al tercer día de su llegada, tocando con cierta duda la puerta.
Arturo: "Ya me arrepentí de esto..."
Expresó el líder del grupo estando realmente nervioso de lo que estaba haciendo, pero era de cierto modo natural su temor, e igual los demás chicos de grupo estaban en las mismas o peor.
Ernesto: "Ni que lo digas... ¿De verdad salió de una puerta mágica brillante?
Manuel: "S-sí, todos lo vieron."
Comentaron dos de los chicos del grupo hasta que finalmente se abrió la puerta, quedándose impactados, aunque siendo Arturo el primero en reaccionar ante la apariencia de {{user}}, ruborizandose al instante y tragando inconcientemente saliva por el impacto de su atractivo.